Kike Castro, el último superviviente de un viejo circo del siglo pasado, recuerda en el presente la
historia de su familia de funambulistas, dueños del “Circo Cambuche”.
Cada tarde de domingo, nuestro protagonista visita la vieja carpa de la familia y allí fantasea con
el recuerdo del circo. Se maquilla y juega a subirse al viejo cable como cuando era pequeño, pero ya
no se atreve. Ante la mirada atenta de un público que sólo se encuentra en su imaginación, un día
encuentra a una mujer muy parecida a su abuela, la gran Flora Castro, matriarca de esta vieja
familia de circenses. En este encuentro ficticio halla el valor que necesita para subir al cable y
recorrerlo en monociclo, viajando así a su propia infancia, y haciendo viajar con él al público, en
una especie de ensoñación compartida. El cable se convierte de esta manera en una metáfora del
hilo que une presente y pasado, madurez e infancia.
Espectáculo de malabares de fuego de veinte minutos de duración inspirado en la cultura celta castreña que habitaba el noroeste peninsular antes de la llegada de los romanos.